
Pumptrack – Simple pero Atractivo
Nuestros pumptracks son más accesibles que otras instalaciones deportivas similares y pueden instalarse en terrenos en desuso o degradados a partir de 400 m². A diferencia de los skateparks o campos de fútbol, su construcción es más sencilla y puede completarse en menos de 14 días tras la obtención del permiso de obra. Esto permite una implantación rápida y sin complicaciones.
Nuestro equipo gestiona todo el proceso: desde el diseño inicial, pasando por la solicitud de permisos, hasta la construcción final. Con la experiencia de haber diseñado y construido más de 200 pumptracks de asfalto en 16 países, garantizamos un servicio ágil, eficaz y de alta calidad para promotores e instituciones.

• Rápidos de construir, fáciles de instalar
La simplicidad del proceso no se limita al diseño y la ejecución: también se extiende a la gestión posterior de los pumptracks. Cada instalación incluye un Certificado de Conformidad que garantiza el cumplimiento de las normativas de seguridad vigentes en toda la Unión Europea. Esto brinda tranquilidad a los clientes y propietarios.
Además, todas nuestras pistas son revisadas por un experto externo independiente en seguridad de áreas de juego, que certifica la conformidad del diseño. La superficie de asfalto asegura una alta durabilidad, con un mantenimiento muy reducido que se limita, en general, a la limpieza y al cuidado de las zonas verdes colindantes. A diferencia de los pumptracks de tierra, el asfalto no se ve afectado por la erosión ni las condiciones meteorológicas, lo que permite su uso casi todo el año.

• Más que una instalación deportiva
Un pumptrack no es únicamente un equipamiento deportivo. Gracias a su diseño atractivo, su capacidad para integrarse en espacios reducidos y su enorme versatilidad, puede transformar completamente zonas urbanas o espacios degradados. Su implantación contribuye a revitalizar barrios, dinamizar espacios públicos y fomentar la convivencia.
Uno de nuestros primeros pumptracks, construido sobre un antiguo aparcamiento en mal estado, fue reconocido como ejemplo de buena práctica en el festival de arquitectura Open House, gracias a su impacto urbano y social.